Incluso ha acabado saliendo la putrefacción en la que se asentaba el intocable Rus. Era el último gran jerarca del PP en las Diputaciones valencianas que faltaba por vincular, con pruebas, a la corrupción. Cayó Carlos Fabra en Castellón, que pronto saldrá de la cárcel. José Joaquín Ripoll en Alicante, tuvo que abandonar el sillón, pero a cambio eligió quedarse con la presidencia del puerto, donde seguro que hará mayores negocios de los que ya hacía desde la Diputación..
Buena parte de aquellos que han constituido la cúpula del PP valenciano han sido imputados o están salpicados por escándalos de corrupción. Aunque, salvo insignificantes excepciones, no han acabado en prisión, manteniendo un descarado grado de impunidad, han ido diluyendo o retrasando los juicios que tenían pendientes, y aunque han dejado los cargos que les hicieron famosos, ante la presión mediática, continúan cobrando impresionantes sueldos, sintiéndose arropados bajo el paraguas del PP valenciano, que les garantiza la protección política y jurídica de toda una serie de lealtades compradas a lo largo del tiempo.
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