miércoles, 14 de abril de 2010

Necesitamos una segunda transición

Estamos asistiendo al desvelamiento no sólo de un sumario, sino también del poder que conserva la sombra del franquismo tanto en nuestras instituciones, como en determinadas prácticas políticas, que han permitido la tolerancia hacia la corrupción.

Se busca ocupar un cargo público para hacer negocios privados y establecer un sistema de relaciones o un entramado basado en favores y regalos económicos que crean sólidos lazos para un futuro, una vez se abandona la política determinadas empresas abrirán sus puertas al viejo socio que tan buenos contactos sigue teniendo en la administración. El caso Gürtel, no es más que un ejemplo de lo que viene siendo una práctica habitual para la derecha desde hace lustros, el caciquismo dio paso al clientelismo, aunque a veces como en Castellón gracias a Carlos Fabra sigan dándose de la mano.

Las fórmulas en la que se basa el desarrollo de la carrera judicial, permiten la pervivencia en su seno de familias afines a determinadas clientelas de poder y dinero, comprometidas con la defensa de sus mentores políticos o incluso adalides de las concepciones ideológicas más radicalmente conservadoras. La defensa de esas personas y de las siglas que representan, está más allá de la ley y de la justicia. Un claro ejemplo ha sido el sobreseimiento del caso de Camps y los cargos de la Generalitat valenciana imputados por cohecho por el TSJCV, o que, hasta la fecha de hoy, no haya prosperado prácticamente ninguno de la larga lista de casos sobre corrupción en la que estaban imputados cargos del PP en estas tierras, o han sido sobreseídos o se han quedado en el limbo jurídico, pese a las abundantes pruebas inculpatorias que se han recogido.

No se asumen responsabilidades políticas. Se contentan con declaraciones de intenciones para futuros indeterminados. Se niegan los hechos más evidentes. Se deja caer que todos son iguales, sacando viejos casos como el de FILESA, que es de risa en comparación con el Gürtel. Se habla de conspiraciones de los aparatos del estado al servicio de Rubalcaba o del PSOE. Se busca anular las pruebas por cuestiones formales, aunque el fondo muestre la amplitud de la metástasis de la corrupción es sus filas. Y por último se orquesta una campaña de caza y captura contra el juez que instruyó el caso.

NUESTRA DEMOCRACIA NECESITA URGENTEMENTE DE UNA SEGUNDA TRANSICIÓN PARA PODER DESARROLLARSE, HEMOS DE ASUMIR NUESTRA GANADA MAYORÍA DE EDAD, SINO QUEREMOS QUE SE NOS VUELVA A COLAR EL FANTASMA DE LA ESPAÑA EN BLANCO Y NEGRO QUE AFORTUNADAMENTE DEJAMOS ATRÁS.


COMENTARIO:

Basseta dijo...
Los ciudadanos de bien de este país estamos obligados a respaldar de cualquier forma posible al Juez Garzón, una persona cuyo único delito ha sido trabajar en defensa del Estado de Derecho, asumiendo el riesgo de enfrentarse al GAL, a ETA, a derechas e izquierdas, cuando ha sido necesario.Si los españoles dejamos solo a Garzón estaremos cerrando la etapa histórica de la transición a la democracia y dejando que empiece la "berlusconiana".8 de abril de 2010 16

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