¿El PP partido antisistema?

Las declaraciones de Cospedal, reiteradas por otros altos dirigentes del PP, afirman que vivimos en un “estado policial” coincidiendo con la opinión de anarquistas, la izquierda abertzale y otros grupos antisistema.
Está opinión aclamada por los periodistas y medios de comunicación que les son afines, viene a afirmar que los socialistas, ahora, antes, “los rojos”, siempre que están en el poder utilizan los aparatos de estado de manera totalitaria, lo que presuntamente sucede ahora sólo es la confirmación de lo que han hecho siempre. Quieren acabar con el principal partido de la oposición, para lo cual han urdido una trama policial, jurídica y mediática, sobre la base de escuchas telefónicas a importantes cargos del PP. La democracia española está amenazada.
Lo curioso es que estas acusaciones se realizan sin presentar pruebas concretas o contundentes, con amenazas de llevar a Estrasburgo estas denuncias, mientras que los presuntos casos de corrupción que son investigados por la justicia española o bien se presentan como un mero montaje, pues ellos ponen las manos en el fuego por sus militantes, o bien se afirma que hay un doble rasero a la hora de investigar, lo cual implica que todos son corruptos tanto ellos, como los otros, todos reciben regalos, todos aprovechan el control del poder político para favorecer a sus amigos o a sí mismos, ¿por qué los jueces investigan sólo al PP?
El ataque a las instituciones que fundamentan el estado de derecho (fiscalía, la judicatura, la policía), el descredito de la clase política forma parte de la estrategia que ha asumido el PP para contrarrestar las investigaciones sobre casos de corrupción donde tienen a importantes dirigentes implicados.
¿Qué pretenden con esto? Lanzar una cortina de humo sobre estos casos y sobre la protección que las instituciones judiciales valencianas vienen haciendo de los casos de corrupción, que implican a importantes dirigentes del PP, en esta Comunidad o tal vez que los ciudadanos dejen de creer en el sistema y obtén por la abstención o la pasividad. Ellos saben que buena parte de sus votantes siempre les votan, que la corrupción no les pasa factura, los otros son los antifamilia, los antiespañoles, los antidemócratas. Hablar de una conjura sirve para mantener prietas las filas, ya se ensayó con éxito la legislatura pasada con la afirmación de que el PSOE, usando los aparatos de Estado, había ocultado la relación de ETA con los terroristas islámicos que perpetraron los atentados del 11M, cuando lo que realmente había sucedido fue el intentó , por Acebes, Zaplana y Rajoy, de ocultar, los días antes de las elecciones, un atentado de fundamentalistas musulmanes, pues consideraron que ese conocimiento podía afectar a sus resultados electorales. Al final el juicio sobre este caso dejo claro que de la participación de ETA no había nada de nada.
Ahora cara a ocultar el nivel de corrupción que hay en las filas del PP, volvemos a la crispación, al ataque a las instituciones a agitar el fantasma de la gran conjura, lo repetirán hasta la saciedad. Suceda lo que suceda a nivel judicial, siempre quedará algo de la duda que han sembrado. ¿Quién asumirá alguna responsabilidad política sino se prueba la confabulación contra el PP? Mientras que sirva para mantener la moral de la tropa y tenga réditos electorales que más da, en su visión de las cosas la política es un negocio más, lo que importa es el beneficio que se obtiene. ¿A qué ingenuo se le puede ocurrir perseguir la corrupción?

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